AGMER ante la próxima normalización de la UADER

 

AGMER ante la próxima normalización de la UADER

 

En la corta y conflictiva historia de nuestra universidad provincial, AGMER estuvo siempre presente acompañando la lucha de sus docentes y comunidad académica en pos de su democratización y progresiva consolidación, así como en la disputa para lograr su plena autonomía. En este sentido, la constitución de los primeros órganos colegiados de gobierno electos en el 2002 es un hito que marca el inicio de un dificultoso proceso de organización institucional, signado por conflictos trabajosamente elaborados, que culminará en diciembre con la tan reclamada normalización de la UADER.

Como sindicato docente profundamente comprometido con dicha normalización, entendemos que esta instancia no se reduce a la primera elección democrática de sus máximas autoridades. Creemos que constituye más bien una bisagra entre el presente de la UADER y el modelo de universidad que queremos. Es, en suma, un momento histórico para "repensar la UADER" a fin de que, reconociendo sus virtudes y sus falencias, sus logros y sus fracasos, puedan plasmarse las líneas directrices de un proyecto institucional situado en un contexto provincial, nacional y regional marcados por profundos cambios políticos, económicos y socioculturales.

Desde esta perspectiva, queremos contribuir a ese imprescindible debate, pronunciándonos sobre algunas cuestiones que consideramos cruciales en tanto desafíos a encarar en esta nueva etapa institucional.

1 - La UADER se distingue por un perfil inclusivo. Su población estudiantil proviene en muchos casos de sectores medios bajos que son en su mayoría primera generación de estudiantes universitarios. Se materializa así una concepción ideológica y política que defendemos: la de la educación superior como derecho ciudadano, deber del Estado y bien público accesible a las clases populares.

Sin embargo, la inclusión mediante la masividad en el acceso ya no resulta suficiente. Es necesario avanzar para revertir el gran problema de la deserción estudiantil y de las bajas tasas de graduación. Aquí es donde nuestra universidad debe asumir el desafío de promover una cultura académica centrada en la producción de conocimiento y el de generar nuevos sistemas, prácticas pedagógicas y reformas curriculares que, sin resignar la calidad educativa, permitan mejorar los aprendizajes y favorecer la retención y graduación de nuestros estudiantes.

En este marco, resulta imprescindible también que la UADER se dé una política sostenida de articulación no sólo con los establecimientos de nivel pre-universitario que dependen de ella, sino con la escuela secundaria en general a fin de contribuir a mejorarla.

2 - Otro rasgo identitario de la UADER es la extensión territorial de  su amplia oferta académica, estrechamente vinculada con la atención de problemáticas de las comunidades locales  y el desarrollo productivo provincial. Pero esta extensión geográfica implica también una compleja estructura organizativa de sedes, subsedes y extensiones áulicas. Estructura que deberá ser perfeccionada a fin de que las asimetrías existentes, las dificultades inherentes a la distancia, la insuficiencia de plantel académico y las carencias en infraestructura física y de otros servicios esenciales no condicionen una formación académica de calidad.

Del mismo modo, se impone que la creación de nuevas carreras sea definida en función de criterios de pertinencia social y no a partir de demandas coyunturales o estrechos intereses corporativos o políticos.

3 - Respecto del principio de autonomía universitaria, entendemos que el mismo debe ser resignificado en el contexto histórico actual. La autonomía no solo implica la libertad de cátedra y la independencia de  la universidad pública respecto de los gobiernos de turno, los poderes corporativos y las lógicas de mercado. El ejercicio responsable de la autonomía supone profundizar el compromiso social de nuestra universidad en la búsqueda de soluciones a las demandas, necesidades y carencias del Pueblo, apostando a su desarrollo económico, político y cultural. Impone también el deber de rendir cuentas a la sociedad puesto que los universitarios somos beneficiarios de un sistema sostenido con el esfuerzo de todos los entrerrianos. Trabajadores, empresarios, comerciantes, profesionales independientes y, aún, los sectores más postergados, todos aportan al sostenimiento de la UADER.

4 - En cuanto a las políticas específicas para el sector docente, consideramos imperioso poner el acento en aquellas que, a la vez que favorecen el acrecentamiento de la calidad académica, posibilitarán la ampliación del plantel de profesores concursados. Nos referimos a la formación de posgrado no arancelado, la capacitación para realizar investigaciones y el acceso a los circuitos de publicación y difusión de la tarea profesional.

Pero para que esas políticas puedan desarrollarse eficazmente resulta prioritario atender la problemática de las condiciones del trabajo docente en la UADER donde la aplicación del Régimen de Cargos y Dedicaciones constituye aún una lejana aspiración para una gran mayoría de sus profesores.

Asimismo, hay que avanzar hacia un régimen de carrera docente que asegure la estabilidad laboral, articulando los concursos ordinarios de ingreso  con la actualización permanente y la evaluación periódica del desempeño profesional.

5 - El Estatuto provisorio que rige la UADER fue elaborado en el 2001 sin participación de la comunidad académica. Desde entonces al presente se han producido grandes transformaciones en el país, a las que no son ajenas las instituciones educativas. Estas nuevas realidades exigen refundar la relación entre la UADER y su entorno social. Por ello propiciamos una reforma integral del Estatuto. Esto supone modificar no sólo las disposiciones relativas al gobierno universitario, los mecanismos de elección de autoridades y las formas de representación de los claustros, sino también, y fundamentalmente, redefinir la misión de la Universidad y sus funciones esenciales (docencia, investigación y extensión).

Las recientes experiencias de universidades nacionales que reformaron sus Estatutos indican que éste es un arduo proceso que requiere un amplio debate para armonizar en una propuesta integradora las visiones y perspectivas propias de los distintos claustros, así como un diálogo abierto y franco con todos los sectores sociales y políticos que puedan brindar su aporte. Por ello entendemos que la discusión sobre la reforma del Estatuto debe necesariamente plantearse cuando la UADER ya esté normalizada.

6 - Sobre la Nacionalización de la UADER. La historia de la universidad pública argentina registra varios antecedentes de nacionalización de universidades provinciales. Desde las de Tucumán y Santa Fe (que dió origen a la UNL) en los albores del siglo XX,  hasta los ejemplos más recientes de la Universidad de La Rioja y la de la Patagonia Austral. Diversas razones fundamentaron esa nacionalización, entre las que no son ajenas las motivaciones de orden presupuestario. Y en este sentido, es sabido que la UADER tiene (y tuvo desde su creación) serias limitaciones que le impiden solucionar problemas apremiantes  como, entre muchos otros, el grave déficit en infraestructura edilicia.

Desde esta perspectiva y considerando también todos los beneficios que supone estar plenamente integrados en el Sistema Interuniversitario, no nos oponemos a la idea de la transferencia de la UADER al ámbito nacional. Pero no admitimos que la misma sea considerada como un mero "trámite" o una "decisión política" adoptada sin participación ni discusión en el seno de la comunidad educativa sobre los alcances e implicancias de la nacionalización.

Cabe recordar, para no repetir el mismo error, la forma autoritaria, la celeridad y el apremio del poder político con que se gestó la UADER, lo que trajo aparejados graves problemas institucionales, administrativos y académicos, además de recurrentes conflictos.

Por todo ello entendemos que el imprescindible debate sobre el proyecto de nacionalización debe plantearse cuando la UADER, ya normalizada, cuente con todos sus órganos de gobierno democráticamente electos.

Hacemos este aporte desde AGMER propiciando un diálogo con nuestros pares docentes, estudiantes, administrativos, graduados y demás actores institucionales y sociales. Estamos convencidos de que a partir de la confrontación democrática de visiones e ideas podremos perfilar para la UADER un modelo deseable de universidad pública, democrática y popular al servicio de una sociedad que sea más justa e inclusiva.

 

 

 

                   ALEJANDRO BERNASCONI                                     FABIAN PECCIN     

                       Secretario Adjunto – CDC                                    Secretario General – CDC       

 

Paraná, 1 de Octubre 2 012

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